Treinta y cinco años después del peor desastre nuclear del mundo en Chernóbil, la creciente flora y fauna se ha apoderado de las torres desiertas, las tiendas y los edificios oficiales coronados con íconos comunistas.
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Las autoridades ucranianas dicen que el área tal vez no sea apta para humanos durante 24 mil años, pero por ahora los animales han prosperado y adoptando algunas costumbres de vida diferentes de las de su misma especie.
Es el caso de las vacas salvajes, que, de acuerdo con la Reserva de Radiación y Biosfera Ecológica de Chernóbil, ya se han avistado una manada de este tipo de animales que viven de forma asilvestrada en este espacio inhabitable para el ser humano.
Así es la manada de vacas salvajes en Chernóbil
Una manada de ganado salvaje es diversa de la manada rural habitual: está estructurada, tiene integridad, actos siempre coherentes. La manada cuida particularmente sus miembros más jóvenes.
Los terneros, a su vez, eligen el lugar más seguro en la manada entre un buey adulto y las vacas.
"El macho dominante, que suele ser el más viejo y fuerte, mantiene a los machos jóvenes para protegerlos de depredadores y no los expulsa, salvo que le disputen el liderazgo", apuntan los expertos.
Este no es el primer caso en esta área. Después del accidente nuclear en Chernóbil, hubo una manada de ganado salvaje alrededor del antiguo pueblo de Chistogalivka durante casi un año. Más tarde fue trasladado a la agricultura experimental en Nuevo Shepelichi.
Desde 2017, los empleados han estado realizando observaciones regulares de esta manada de vacas salvajes. Este caso inesperado dio la oportunidad, por una parte, de explorar el proceso de salvaje de un animal, y por la otra, su impacto en las zonas locales del paisaje Ilya.
La explosión en el cuarto reactor en la planta de energía nuclear de Chernóbil el 26 de abril de 1986 dejó franjas de Ucrania y la vecina Bielorrusia muy contaminadas y llevó a la creación de una tierra de nadie en un radio de 30 kilómetros (19 millas) de la estación.
jos