Los incendios forestales que invadieron varios estados del oeste de EEUU y Canadá han cruzado hasta el otro lado del país con el humo y ha llegado hasta Nueva York y Filadelfia.
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Uno de los incendios más grandes es el que aún sigue en Oregon, catalogado como "monstruoso", el cual además de humo, arrojó hollín.
Al menos, 60 incendios siguen activos, esto causó que nubes de humo y cenizas se movieran a miles de kilómetros a través del país hasta llegar al noreste.
Esta contaminación ha perjudicado a la población, principalmente en cuestión de salud afectando los ojos, nariz y pulmones.
Además, el índice que de calidad del aire (AQI) en NY alcanzó 170, considerado como un nivel dañino, ya que es nueve veces superior a las recomendaciones de exposición, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), por lo que emitieron una alerta. Por otro lado, Filadelfia alcanzó 172.
Incluso, ciudades como Boston y Hartford tenían lecturas por encima de 150. Por lo que se recomendó a los habitantes el uso de cubrebocas y evitar practicar actividades en espacios al aire libre.
Según un estudio de la Universidad Alberta, al estar expuestos al humo de incendios forestales de manera intensa pues tener consecuencias en la salud, principalmente en las vías respiratorias, incluso, es posible desarrollar asma. "La exposición al humo de los incendios forestales aumenta la susceptibilidad a las infecciones respiratorias, incluido el COVID-19 y dificulta la recuperación", dijo la asesora federal de recursos aéreos Margaret Key.
Los incendios continúan incrementándose en Sierra Nevada, California, en algunos condados se ha tenido que evacuar a la población.
Científicos aseguran que el aumento de incendios se atribuyen a la sequía prolongada y a las olas de calor derivados del cambio climático.
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amv