Los vuelos fantasma han causado polémica en las últimas semanas y los usuarios se preguntan por qué las aerolíneas no los cancelan. Se llama así a los aviones que despegan vacíos con menos del 10% de su capacidad.
Este fenómeno es más común en Europa y casi no ocurre en América Latina o el Caribe. Con la pandemia de Covid-19 este tipo de vuelos se hicieron más constantes.
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Hay aeropuertos que tienen como regla que las aerolíneas realicen vuelos con el 80% de su flotilla para mantener sus derechos de despegue y aterrizaje.
Consecuencias de los vuelos fantasma
Sin embargo, si sus operaciones no cumplen con el porcentaje están obligadas a activar aviones vacíos. “Los vuelos fantasma se definen como aquellos operados voluntariamente por las aerolíneas exclusivamente con el fin de conservar los derechos históricos sobre sus franjas horarias”, explica el Consejo Internacional de Aeropuertos para la BBC.
Dichos vuelos no se ofrecen para la venta ni transportan pasajeros por lo que no generan ingresos para las aerolíneas. Por eso la polémica crece entre quienes consideran que los vuelos fantasma son una práctica innecesaria y para tirar dinero.
Ambientalistas alertan por uso innecesario de vuelos
También hay quienes mencionan el cambio climático al mencionar que se quema mucho queroseno. La Agencia Internacional de Energía explica que desde el año 2000 las emisiones globales de dióxido de carbono han aumentado hasta 50% y se espera que la industria continúe creciendo en las próximas décadas.
Greenpeace culpa a los vuelos fantasmas en Europa y asegura que el daño ambiental equivale a las emisiones anuales de más de 1.4 millones de automóviles. En contraste la industria de la aviación se comprometió a lograr emisiones netas de carbono cero para 2050.
chp