Un hombre que declaró en una audiencia del Congreso estadounidense sobre por qué participó en el asalto al Capitolio evitó la cárcel cuando un juez federal le sentenció a dos años de libertad condicional por su intervención en el incidente.
Luego de su testimonio televisado en una audiencia del panel de la Cámara baja que investiga el asalto del 6 de enero del 2021, Stephen Ayres se acercó a un grupo de policías del Capitolio y se disculpó.
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Asimismo pidió perdón a la corte y al "pueblo estadounidense", antes que el juez federal John Bates lo sentenciara a libertad condicional y 100 horas de servicio comunitario.
Bates dijo que pensaba que Ayres había mostrado un remordimiento genuino y arrepentimiento por su conducta, incluyendo con su testimonio ante el panel investigador.
"Fue una farsa en la historia de Estados Unidos, un ataque escandaloso a nuestros valores e instituciones democráticos", dijo el juez. "Todos los que participaron en esa insurrección, pienso que puede llamársele así, deben rendir cuentas", añadió.
Ayres dijo que ha perdido amigos, familiares y su trabajo tras participar en los disturbios.
"Rezo todos los días por los policías que lidian con eso, las familias que perdieron seres queridos", dijo Ayres. "Espero que algún día pueda despertarme y no tener que vivir con ello diariamente"
Los fiscales recomendaron sentenciar a Ayres a 60 días en la cárcel, un año de libertad supervisada y 60 horas de servicio comunitario. El abogado defensor, Eugene Ohm, pidió una sentencia a libertad condicional sin tiempo en la cárcel.
Ayres, de 41 años, se declaró culpable en junio de un cargo de alteración del orden público en un edificio restringido, un delito menor que conlleva hasta un año en prisión. No fue acusado de cometer ningún acto de violencia ni daños a la propiedad.
Con información de AP.