Los vampiros emocionales no se quedan con nuestra sangre, pero sí con nuestra vitalidad, ánimo y energía. El principal problema que causan este tipo de personas es que no solo son capaces de enturbiar el ambiente durante su presencia, sino que, a medida que nos relacionamos con ellos de forma cotidiana, nos acaban generando alto estrés y fatiga emocional.
Por ello es de suma importancia aprender a gestionar nuestras emociones para volvernos capaces de lidiar con este tipo de personas sin resultar afectados, pues las emociones se contagian, para bien o para mal. Y cuando se da la circunstancia de que estamos manteniendo emociones negativas durante cierto tiempo, los problemas psicológicos pueden empezar a aparecer.
Cabe destacar que todos en algún momento de nuestra vida nos hemos convertido en el vampiro emocional de nuestros seres queridos, hay quienes más y hay quienes menos. Es importante aprender a gestionar nuestras emociones ya que ahí radica la diferencia de cómo es que salimos de adelante.
Te damos algunos consejos que pueden ayudarte a lidiar con estas personas sin que tu energía se vea afectada.
Hablando se entiende la gente
Es importante dialogar y ser asertivos con el lenguaje que utilizamos. Resulta fundamental expresar tu postura de forma sincera y respetuosa con el otro. Cambia el diálogo, en lugar de reclamar con afirmaciones que pueden dañar a la otra persona, habla de cómo te hacen sentir algunas de sus acciones.
Marca tu línea
Alejarse siempre es difícil, pero algunas veces es la mejor opción. Si ya intentaste dialogar y ser asertivo en repetidas ocasiones y las cosas simplemente no cambian, lo mejor es tener el menor contacto posible y mirar por tu bienestar.
Aprende a poner límites
Para muchas personas es complicado, pero es muy importante aprender a decir que no, ya que hay ocasiones en las que los vampiros emocionales toman provecho de tu constante disposición y se niegan a pensar que pueden hacer las cosas por sí mismos, esto resulta contraproducente para ambos.
Tenemos que volvernos capaces de dominar nuestras emociones para volvernos capaces de buscar nuestro bienestar y cuidar nuestra energía.