La respuesta inmune en una persona que se le ha sido aplicada la vacuna coronavirus puede predecir el nivel de protección que tendrá contra el virus con el tiempo, según un análisis de matemáticos, médicos y científicos australianos, publicado hoy en Nature Medicine.
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Los investigadores del Instituto Kirby de la UNSW, el Instituto Peter Doherty para la Infección y la Inmunidad y la Universidad de Sydney identificaron un "correlato inmunológico" de la protección de la vacuna contra el coronavirus.
Lo anterior tiene el potencial de reducir drásticamente los tiempos de desarrollo de nuevas vacunas, al medir los niveles de anticuerpos neutralizantes como un "proxy" para la protección inmunológica contra COVID-19.
Los investigadores analizaron datos de siete vacunas covid para examinar cómo la respuesta medida poco después de la vacunación se correlacionaba con la protección.
Luego, utilizaron análisis estadístico para definir la relación específica entre la respuesta inmune y la protección.
Su análisis fue notablemente preciso y pudo predecir la eficacia de una nueva vacuna.
Los investigadores predicen que la inmunidad al COVID-19 por vacunación disminuirá significativamente dentro de un año, y que el nivel de anticuerpos neutralizantes en la sangre disminuirá durante los primeros meses posteriores a la infección o la vacunación.
Por otra parte, investigaciones muestran que las personas que han sido infectadas con covid-19 mantuvieron inmunidad ocho meses después.
Las investigaciones también muestran que las personas que tuvieron casos más graves desarrollaron una reacción inmunitaria más fuerte que aquellas con formas más leves de la enfermedad.
“Nuestro estudio encontró que se requiere un nivel 6 veces menor de anticuerpos para protegerse contra una enfermedad grave. Así que, aunque nuestro análisis predice que comenzará a perder inmunidad a una infección leve en el primer año después de la vacunación, la protección contra una infección grave debería durar más ", explica el dorctor Khoury.
Inmunidad contra las variantes
Existe una preocupación creciente, basada en estudios de laboratorio, de que los anticuerpos desarrollados contra las cepas dominantes sean menos efectivos para neutralizar estas nuevas variantes del coronavirus.
"Una ventaja adicional de nuestro trabajo es que nos permite predecir qué tan protectora será una respuesta inmune contra diferentes variantes", dice el profesor Jamie Triccas de la Universidad de Sydney.
Por otro lado, expertos afirman que las vacunas ARN permiten modificarse rápidamente y adaptarlas con facilidad a las nuevas variantes.
Por ejemplo, las vacunas coronavirus con ARN de Pfizer o Moderna, enseñan a nuestras células a reproducir una proteína que desencadena una respuesta inmune que nos protege de las infecciones.
jos