La pesadilla parece haber terminado para los habitantes de la isla de La Palma, en España. Por primera vez en 86 días, el volcán ‘Cumbre Vieja’ amaneció en silencio, sin explosiones ni emisión de lava; tampoco se ha detectado la salida de gases contaminantes o de tremores (movimiento subterráneos de lava).
Desde la noche del lunes el cráter ha cesado prácticamente toda su actividad y este miércoles cumple dos días consecutivos sin registrar ningún movimiento, lo que hace pensar que este podría ser el fin de la erupción a tres meses de que comenzó la emergencia volcánica.
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Científicos del Instituto Volcanológico de Canarias se mantienen a la espera y explicaron que para dar por terminada definitivamente la erupción, se deberá esperar por lo menos una semana. A pesar de la cautela, confían en que esta vez el volcán no vuelva a despertar.
Y es que durante el fin de semana, el cráter se encontraba en un escenario similar. Parecía que había dado una tregua mientras permanecía en absoluta calma, sin embargo, el domingo nuevamente se produjo una fase explosiva, antes de que la actividad desapareciera de nuevo.
Miguel Ángel Morcuende, portavoz del comité técnico del Plan de emergencia volcánica de Canarias, aseguró en rueda de prensa que la actividad volcánica había caído hasta “prácticamente desaparecer”, aunque informó que la actitud de la institución sigue siendo "de prudencia, tranquilidad y espera".
"La impresión puede ser una y la realidad puede ser otra", dijo Morcuende a los medios.
No obstante, de acuerdo con la cadena de noticias RT, la emisión de dióxido de azufre del volcán aún se mantiene en niveles altos, entre las mil y las 3 mil toneladas diarias, por lo que no se descarta que tenga un repunte en su actividad antes de que la erupción se extinga por completo.
El saldo de la destrucción
Desde que entró en erupción el pasado 19 de septiembre, el volcán ha destruido mil 646 edificaciones, mil 318 eran viviendas. También arrasó con 73 kilómetros de carreteras y 369 hectáreas de cultivos.
Los ríos de lava cubrieron en total mil 221 hectáreas de terreno, obligando a desalojar a más de 7 mil personas, de las cuales más de 2 mil han perdido su vivienda.
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bnaj