Miami, la ciudad del sol y el glamour, es conocida por su vibrante escena gastronómica. Entre los destinos más exclusivos, emerge un lugar que ha capturado la atención de los amantes de la buena comida y la música: Gekko. Este elegante steakhouse japonés, propiedad del icónico cantante puertorriqueño Bad Bunny y el visionario empresario David Grutman, ha redefinido la experiencia culinaria en Brickell, el corazón de Miami.
Gekko, cuyo nombre significa “luz de la luna” en japonés, fusiona lo mejor de dos mundos: la sofisticación de un steakhouse de alta gama y la precisión de la cocina japonesa. Al cruzar sus puertas, los comensales son recibidos en un ambiente lujoso y misterioso, donde las sombras danzan y los destellos dorados iluminan la noche. El diseño interior, con su papel tapiz personalizado y paletas oscuras, transporta a los visitantes a un mundo nocturno y exclusivo.
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¿Cuánto cuesta comer en Gekko, el restaurante de Bad Bunny en Miami?
El menú de Gekko es una sinfonía de sabores y texturas. Los cortes de carne premium, como el famoso Tomahawk y el exquisito Wagyu Mizusako, son la estrella. Pero no se queda ahí: el sushi creativo, los dumplings de langosta con toques de oro y los nigiri de atún con láminas de oro componen una sinfonía de exquisitez. Cada plato es una obra maestra, cuidadosamente elaborada para deleitar los sentidos.
¿Cuánto cuesta cenar en Gekko? Aquí está el detalle: el restaurante ofrece una experiencia de lujo, y eso se refleja en los precios. Las ostras frescas, con su sabor a mar, tienen un precio de $28, cada una. Los dumplings de langosta, bañados en oro, se cotizan a $36. El churrasco Wagyu, tierno y jugoso, alcanza los $105. Y para los amantes del sushi, el nigiri de oro es una joya que vale $39. Pero el plato más impresionante, aquel que despierta la curiosidad y el asombro, es el que vale $1,200. ¿Qué contiene? Eso es un secreto que solo los comensales privilegiados descubren.
Bad Bunny, el artista que ha conquistado los escenarios y las listas de éxitos, ahora también conquista los paladares. Su asociación con David Grutman, el cerebro detrás de varios restaurantes y clubs nocturnos en Miami, ha dado vida a Gekko. Ambos comparten una visión: crear un espacio donde la música, la moda y la gastronomía se entrelacen en una experiencia única.
Gekko es más que un restaurante; es un rincón donde los sueños se mezclan con la realidad. Aquí, los platos son obras de arte, los cócteles son poesía líquida y la música es el latido del corazón. Si alguna vez te encuentras en Miami, no pierdas la oportunidad de sumergirte en la magia de Gekko. Porque, como dice su nombre, aquí la luz de la luna brilla con intensidad, y cada bocado es un destello de felicidad