La noticia de la muerte de Verónica Toussaint tomó a todos sus colegas de la farándula por sorpresa. Y es que pese a su diagnóstico de cáncer de mama, la conductora siempre se mostró optimista debido al aparente éxito de las quimioterapias. En este sentido, ella misma remarcó en entrevista con Gustavo Adolfo Infante que sus tratamientos no sólo se enfocaban a erradicar la enfermedad, sino en mantenerla 'entera' y sana mentalmente.
El tratamiento que ayudó a Verónica Toussaint a no perder su cabello con las quimioterapias
Mediante la mencionada charla de Verónica Toussaint en 'El minuto que cambió mi destino,' la conductora explicó que pese a su difícil diagnóstico de cáncer, ella nunca quiso ser considerada como 'enferma.' Y por lo mismo, hio todo lo posible para que las quimioterapias y radiaciones no le arrebataran su salud mental; y adicionalmente, se aseguró de tomar cuidados extras para no lucir cansandada ni perder el cabello, propósitos que, for fortuna, logró con éxito.
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Quizás uno de los aspectos que más llamó la atención al recordar su entrevista con Gustavo Adolfo Infante, es que Verónica Toussaint habló sobre un revolucionario 'casco frío' que la ayudó a preservar su cabello aún con las quimioterapias vigentes. Para ahondar en este aspecto, la fallecida conductora destacó en su momento que al ser una enfermedad tan difícil, tuvo que cuidarse hasta el 'último folículo' para no dejarse caer:
«Mi oncólogo dice que no hay dos cánceres iguales, pero yo sabía lo que no quería vivir mientras estaba en tratamiento. Usé un casco frío porque el tema del pelo es muy personal. Hay muchas personas que dicen ‘ya, es sólo pelo, te lo rapas y ya crecerá,’ pero para mí, verme en el espejo es lo que marca la diferencia. No quería sentirme enferma. Desde que recibí el diagnóstico, decidí que tenía un tumor de cáncer, pero no estaba enferma. No quería que me vieran como una víctima.»
¿Qué es un casco frío y cómo funciona?
Los también llamados 'cascos hipotérmicos,' son un recurso reconocido por la American Cancer Society. Y tal como se puede intuir por su nombre, son dispositivos de enfriamiento que se colocan en la cabeza para proteger el cuero cabelludo de las radiaciones y/o quimioterapias. En palabras simples, este tipo de sistemas impiden que los folículos se 'quemen' con este tipo de tratamientos. A nivel médico, funciona mediante cuatro pasos:
- Reducción de temperatura: El casco se coloca, se enciende, y baja la temperatura del cuero cabelludo a unos grados Celsius
- Vasoconstricción: La baja temperatura propicia que los vasos sanguíneos del cuero cabelludo se contraigan, reduciendo el flujo sanguíneo en la zona
- A continuación, la actividad metabólica de las células del folículo piloso disminuye, protegiendo la raíz
- Al final, todos los pasos anteriores limitan la cantidad de fármacos quimioterapéuticos que alcanzan los folículos pilosos, disminuyendo el daño al cabello.
Es importante resaltar que la eficacia del casco frío varía en cada tipo de tratamiento y cada tipo de cáncer; ya que sigue siendo esencial que se utilice en las primeras etapas del diagnóstico. Y respecto al costo de su uso, se sabe que alquilar uno ronda los 180 y 420 dólares por sesión (entre 3,000 y 7,000 pesos mexicanos.) Por otra parte, comprar todo el equipo para tenerlo en casa, puede alcanzar los 3,000 o 7,200 dólares (entre 50,000 y 120,000 pesos mexicanos.)