La reina Isabel II, de 96 años, fue fotografiada sonriendo y de pie, sin ayuda de su bastón, durante la visita del arzobispo de Canterbury, Justin Welby, en el Castillo de Windsor para otorgarle la "Cruz de Canterbury" como "un símbolo sincero" del "amor, la lealtad y el afecto" de la iglesia, en el marco de sus 70 años en el trono.
El arzobispo de Canterbury tenía previsto realizar el Servicio de Acción de Gracias en la Catedral de San Pablo como parte del fin de semana del Jubileo de Platino, pero se vio obligado a perderse la ceremonia debido a que contrajo Covid-19.
Hoy, finalmente tuvo la oportunidad de felicitar a la monarca en el Castillo de Windsor, donde elogió su servicio "incansable" a la Iglesia de Inglaterra.
En la audiencia, el reverendo Welby entregó a la reina la pequeña cruz de plata, inspirada en un broche sajón del siglo IX e incorporando un patrón de triquetra, como un "símbolo sincero" del "amor, la lealtad y el afecto" de la iglesia.
La monarca, con sus anteojos y vestida con un vestido color crema decorado con un patrón de grandes flores rosas, fue fotografiada de pie mientras le mostraban la cruz.
La reina estrechó la mano del arzobispo, que vestía túnicas clericales de color púrpura, cuando entró en la sala de estar Oak Room en el castillo de Berkshire.
Presentada en una caja de color rojo vivo y unida a una cinta azul, la cruz fue diseñada especialmente para su destinatario real con inserciones de platino en reconocimiento a su hito de 70 años en el trono.
Isabel II, de profunda fe cristiana, es Gobernadora Suprema de la Iglesia de Inglaterra y Defensora de la Fe. La monarca también recibió una caligrafía enmarcada que decía:
"A lo largo de su reinado, Su Majestad ha defendido debidamente tanto la religión cristiana como la Iglesia de Inglaterra en sus funciones como Defensora de la Fe y Gobernadora Suprema de la Iglesia de Inglaterra. Ya sea en la formalidad de las sesiones de apertura del Sínodo General o en el contexto más íntimo de sus discursos personales a la nación y la Commonwealth en Navidad, Su Majestad ha puesto de manifiesto su profunda fe y su relevancia para todo lo que emprende. Su comprensión sutil de la posición cambiante de la Iglesia oficial en Inglaterra ha sostenido y animado tanto a los laicos como al clero. Su preocupación por la unidad de su pueblo y el bienestar de los menos afortunados ha sido una inspiración constante para toda la Iglesia. El suyo es un ejemplo de vida cristiana bien llevada. Esta presentación de la Cruz de Canterbury es un símbolo sincero del amor, la lealtad y el afecto en el que la Iglesia de Inglaterra tiene a Su Majestad y representa el reconocimiento y la gratitud de toda su Iglesia por sus setenta años de servicio incansable. ¡Dios salve a la reina!".
La reina Isabel II tuvo un inicio de mes muy ocupado cuando el Reino Unido celebró su jubileo durante un fin de semana de festividades de cuatro días.
Estos incluyeron un Trooping the Colour especial con cientos de soldados que marcharon desde Horse Guard Parade hasta el Palacio de Buckingham, un sobrevuelo especial de Red Arrows y otros aviones militares, así como un concierto especial en honor a Su Majestad.
También se realizó un Servicio de Acción de Gracias en la Catedral de San Pablo en Londres, en el que miembros de la familia real se congregaron para expresar su agradecimiento por los 70 años de reinado.
Sin embargo, la monarca no asistió tras experimentar "algunas molestias" durante las festividades de los días previos. También se perdió el Epsom Derby al día siguiente, antes de aparecer en el Platinum Jubilee Pageant el último día de celebraciones.
abc