Para nadie es un secreto que la líder de la corona británica, la reina Isabel II ha sido señalada en más de una ocasión por ser una persona fría y sin sentimientos, pero estuvo enamorada de su primer y único novio, Felipe de Edimburgo.
Ha sido gracias a la producción de Netflix, “The Crown”, donde todos pudimos conocer una faceta de la monarca que muy pocos conocían, así como del romance que mantuvo con su esposo.
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Sin embargo, ha quedado muy en claro que los protocolos reales son los que han marcado las apariencias, pero eso no impidió que formarán una verdadera familia real al lado de sus hijos.
Y es que, como un verdadero cuento de hadas, la pareja se convirtió en un verdadero equipo, por lo que sus apariciones en público eran bastante normales, cómplices y llenas de un amor al estilo de la realeza.
Por eso, cuando llegó la muerte a la familia real fue un 9 de abril de 2021, cuando después de una larga batalla el duque de Edimburgo falleció a los 99 años de edad, tan sólo dos meses antes de cumplir 100.
Su muerte fue un verdadero episodio para el Reino Unido, dejando sólo a la reina Isabel II, y desde entonces, su estado de salud se ha visto bastante complejo y delicado en los últimos meses.
Ha pasado poco más de un año desde su deceso, y en la misa conmemorativa en honor al duque de Edimburgo, su esposa se dejó ver como nunca antes, devastada y al borde de las lágrimas.
Lo que sí es un hecho, es que por muchos años ellos también aseguraron que su amor y matrimonio siempre estuvo basado en la amistad, confianza y complicidad, algo que mantuvieron hasta la muerte de él.
El pacto de la reina Isabel II al príncipe Felipe
Y es que todo parece indicar que el duque hizo que su esposa y compañera a lo largo de 74 años hiciera que le hiciera el pacto más importante entre ellos, y hasta el momento, ella lo ha cumplido.
En sus últimas semanas de vida, la reina se mantuvo al lado de su esposo, y de acuerdo con el diario Daily Mail, el matrimonio real hizo una verdadera promesa de amor.
“Quien quede vivo podrá llorar, pero no demasiado tiempo, para así poder disfrutar de la vida que le quede por delante”.
Y todo parece indicar que la reina lo ha cumplido, por lo que no ha temido en cancelar algunos eventos, y ahora tienen sentido, y además de su salud era vivir su propio duelo.
Gran parte de la población británica ha mostrado su preocupación ante el delicado estado de salud de la reina, ya que se asegura que se ha dejado ver muy triste y deprimida.
GBR.