Algunos grupos universitarios han organizado demostraciones masivas en contra de la guerra en Israel y Palestina, así como por el manejo de la administración de Joseph Biden del conflicto. Esto ha generado choques con grupos de personas, incluyendo autoridades, instituciones policiales y también integrantes de esas mismas comunidades universitarias, que consideran como antisemitas algunas de las manifestaciones.
Estas demostraciones son las más grandes de este tipo que se han visto en el país en el último siglo y para algunas personas, las respuestas policiacas son reminiscentes de las que se dieron ante las protestas en la década de los sesenta, de mayor escala, por la guerra en Vietnam.
Después del arresto de más de 130 personas en la Universidad de California los Ángeles (UCLA), el presidente Biden declaró públicamente este jueves que “tienen el derecho a protestar, pero no el derecho a causar caos”. Aunque descartó la posibilidad de enviar a la Guardia Nacional a los campus estadounidenses, las imágenes de la actuación de los policías en uniforme antimotines, para desalojar los campamentos que estos grupos habían instalado en el campus han dado la vuelta al mundo.
Este desalojo sucedió el día de hoy por la madrugada, después de acciones similares en: la Universidad de Fordham en Manhattan, la Universidad de Texas en Dallas, la Universidad Tulane en Nueva Orleans, la Universidad del Norte de Arizona en Flagstaff y Dartmouth College en Nuevo Hampshire, donde una profesora de 65 años calificó su arresto como “brutal”.
Aunque las autoridades universitarias en UCLA inicialmente habían sido tolerantes, este mismo día calificaron los campamentos de protestas como ilegales, por lo que las autoridades policiacas iniciaron las intervenciones. Según un conteo del periódico The New York Times, más de mil trescientas personas habían sido detenidas en campus universitarios de todo el país.
En las universidades de Columbia en Nueva York y la Universidad de California en los Ángeles se han visto videos y fotografías de confrontación con gases lacrimógenos, personas siendo arrestadas e incluso disparos de lo que la policía en Los Ángeles describió como “medios no letales”.
A pesar de que han llamado más la atención de los medios las demostraciones y respuesta de la policía en las universidades de notoriedad, muchas de ellas las llamadas universidades Ivy League; las manifestaciones y toma de instalaciones se han extendido a campus a lo largo de todo del país. Entre las demandas más frecuentes de estos grupos organizados están la aclaración de las relaciones de las instituciones educativas con Israel y que condenen públicamente los ataques de ese país como genocidio.
Estos eventos podrían tener efectos en la carrera por la presidencia de Estados Unidos. Aunque en el país la población que menos participación tiene durante las votaciones es la población joven, ciertamente podría surgir un voto de castigo, pues han sido abiertamente críticos de la postura de la presente administración en el conflicto en Gaza. Los republicanos han aprovechado el momento para acusar a Biden de una baja capacidad para mantener la ley y el orden en las universidades.
En un rompimiento entre demócratas, incluso, el brazo universitario del Partido Demócrata, College Democrats of America, emitió un comunicado calificando como un “abrazo de oso” la política del presidente Biden a lo que describen como “actos genocidas del gobierno de extrema derecha radical israelí”. Al mismo tiempo, elogió la valentía de las personas enfrentando detenciones y condenó a las autoridades universitarias por la respuesta.
Por su parte, Allyson Bell, miembro del caucus judío de ese mismo colectivo político, advirtió que comunicados previos para condenar expresiones antisemitas en los campus universitarios habían sido desestimados por la agrupación. Consideró que el comunicado emitido es parcial y “unilateral”.
Hoy mismo, el capítulo de la Universidad de Columbia de la Asociación Americana de Profesores Universitarios pidió un voto de no confianza en contra de la presidenta de la universidad, Minouche Shafik, y la administración de esta. Esto por considerar que no garantizó la seguridad de la comunidad universitaria y permitió el “horrible ataque policial en sus estudiantes, que ahora está vergonzosamente a la vista de todo el mundo.”