De acuerdo con información de Banco de México durante el mes de marzo de este año ingresaron a nuestro país 5,021 millones de dólares por concepto de remesas familiares, lo que representa una caída de las remesas recibidas de 3.3% en comparación al mismo mes del año anterior.
Así terminan una racha de 46 meses consecutivos con crecimiento, que duró entre mayo de 2020 hasta febrero de 2024, periodo durante el cual las remesas aumentaron en términos anualizados de 38,800 a 63,600 millones de dólares.
Considerando que en marzo el tipo de cambio se cotizó en menos de 17 pesos por dólar, además del factor inflacionario, las remesas se contrajeron 15.2% en términos reales en comparación a hace un año, una caída muy significativa para el ingreso de las familias receptoras de estos recursos explica en su reporte el Departamento de BBVA Research.
El efecto final en los bolsillos de las familias receptoras de remesas en el país es todavía mayor. Además de la caída en dólares registrada en las remesas y el factor inflacionario (4.4%), se debe considerar que marzo fue uno de los meses en el que el precio del dólar estadounidense cayó por debajo de los 17 pesos, lo cual se traduce en menos pesos al momento del cobro.
Así, en marzo de 2024, con un tipo de cambio promedio de 16.84 pesos por dólar, México recibió cerca de 84,600 millones de pesos por remesas.
Las remesas a otros países de América Latina y el Caribe también tuvieron en marzo un desempeño menor al registrado en enero y febrero. Las remesas a El Salvador cayeron 4.9% y a Honduras disminuyeron 4.6% durante el mes de marzo.
BBVA Research señala que puede haber dos posibles explicaciones a este fenómeno. La primera puede deberse a factor calendario o estacional, debido a que el jueves y viernes de la Semana Santa de 2024 tuvo lugar en la última semana hábil del mes de marzo. Esto pudo ocasionar que en esa semana algunas personas no enviaran dinero a sus familiares, por las dificultades para cobrarlas en los países de origen.
Esto sugeriría que no hubo afectaciones estructurales en el flujo de remesas a la región, sino simplemente parte de las remesas se trasladarían para ser cobradas y contabilizadas en los primeros días de abril.
Una segunda hipótesis sobre la desaceleración reciente de las remesas a la región podría explicarse por una cuestión estructural, en el que la economía de Estados Unidos (principal país de destino de la migración de la mayoría de los países de la región) ya estaría llegando a un nivel en el cual es menos fácil absorber a la fuerza de trabajo migrante. Esto debido al importante flujo de migración y de refugiados que ha recibido ese país desde finales de 2020 y hasta la fecha.
En promedio, en 2023 y lo que va de 2024, se han registrado mensualmente más de 200 000 aprehensiones e inadmisiones de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos. Adicionalmente, el sector industrial en México, dominado por las manufacturas, acumulan dos trimestres con contracciones, el cuarto trimestre del 2023 y el primer trimestre del 2024, explicado en parte por una menor demanda de bienes duraderos en Estados Unidos.
De esta forma, se debe estar al pendiente de los datos que surjan en estos meses para poder entender si la desaceleración reciente de las remesas a México, y a varios países de América Latina y el Caribe, se explica por un factor estacional o estamos ante indicios de una posible desaceleración económica en Estados Unidos.