Aunque no suele realizar 'profecías' de manera muy frecuente, hace unos días el Papa Francisco habló sobre el venidero 'Fin del Mundo' como lo conocemos hoy día. Mediante una reciente conferencia, el sumo pontífice hizo un llamado a la ciencia para que ayude "a los hombres y mujeres de nuestro tiempo" en lugar de perjudicarlos con investigaciones destructivas y egoístas. Si este cambio no es previsto y realizado de inmediato, el Papa predijo que la intervención divina actuará en conjunto con la naturaleza para purificarse (y no necesariamente con buenos resultados para la humanidad.)
El Papa Francisco y su profecía sobre el venidero 'Fin del Mundo'
En su mensaje, el Papa Francisco criticó a aquellos que creen que la ciencia y la religión no son compatibles entre sí. En ese sentido, el pontífice recordó a los presentes la figura del sacerdote astrónomo George Lemaître, quien defendía la idea de que, si bien la ciencia y la fe siguen caminos diferentes, éstos siguen siendo paralelos; y que por lo tanto, no hay conflictos entre ambos. De esta manera, para que la ciencia no se vuelva destructiva y ocasione la profecía del 'Fin del Mundo,' el Papa Francisco destacó la urgencia de que ambos caminos se unifquen entre sí:
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Tanto la ciencia como la fe, para un creyente, tienen la misma matriz en la verdad absoluta de Dios (...) sus caminos llevan a la conciencia de que la creación y al Big Bang, aunque sean realidades distintas. Os animo a ir a las afueras del conocimiento humano: es aquí en donde podemos experimentar el amor de Dios, saciar la sed de nuestro corazón. La ciencia debe estar al servicio y al beneficio del prójimo; si seguimos por el camino actual, tda investigación será inútil.
Cabe mencionar que el mensaje del Papa Francisco fue transmitido hacia los participantes de una conferencia auspiciada por la "Specola Vaticana", el observatorio astronómico que tiene la Santa Sede en la Ciudad del Vaticano. A toda la audiencia, el máximo representante de la Iglesia Católica recordó que el sendero de la ciencia actual busca 'desafiar' en lugar de ayudar a la figura de Dios. Y precisamente por eso, es que el llamado 'Fin del Mundo' no se daría como un hecho místico o inusual, sino como la consecuencia de actuar sin una guía divina. En añadidura, los mayores daños podrían ser ocasionados por aquellos que ansían el poder y la 'gloria terrenal' a toda costa.