La tecnología ha sido una vía fácil para que las personas compartan sus historias de vira y llegue a millones de personas en poco tiempo. Como muchos casos más, la dolorosa historia de Debbie Stevens se hizo viral en redes sociales, debido a la lamentable forma en que fue despedida por su jefa con la que llevaba los trabajando y que después de donarle un riñón como muestra de agradecimiento, fue despedida sin justificación alguna.
Hace algunos años salió a la luz la historia de la estadounidense Debbie Stevens quien a sus 47 años de edad tomó una de las decisiones más importantes de su vida: donar un órgano. Esto lo hizo debido a que su jefa de ese entonces se encontraba muy enferma de gravedad y al no encontrar donadores, decidió someterse a una cirugía para que le extrajeran un riñón. Esto pese a que ella no era compatible, ya que, su órgano fue destinado a otra persona y a su jefa la dieron otro a cambio.
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Este gesto de amor y compasión hacia su jefa llamada no fue agradecido tal como se esperaría en este tipo de situaciones, sino todo lo contrario. Por recomendación médica, al salir ambas de la intervención quirúrgica, requirieron de reposo para recuperarse; no obstante, tras algunos días de ausencia de sus labores, su jefa la contactó, mostrándose muy enojada. A través de mensajes le externó que no tenía derecho a faltar y que requerían de su presencia.
“¿Qué estás haciendo? ¿Por qué no estás en el trabajo? No se puede entrar y salir cuando se te plazca. La gente nueva va a pensar que tienes privilegios”, dijo Stevens.
¿Qué pasó con Debbie Stevens?
El caso de Debbie Stevens se hizo viral en 2011 e incluso llegó a los medios de comunicación más importantes de Estados Unidos. Tras lo sucedido, reveló que se sintió traicionada por la conducta de su jefa, a quien le había hecho un maravilloso “regalo”. Pero no quedó ahí, sino que la donadora demandó a su ex jefa ante la Comisión de Derechos Humanos de Nueva York y pidió una compensación económica por los daños causados, el despido injustificado y también que le devolvieran su riñón de vuelta.
“Me siento muy traicionada. Esta fue una experiencia dolorosa y horrible. Ella tomó mi regalo, lo puso en el suelo y lo pateó”, relató la donante.