Jueves 14 de Marzo 2024
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¿Por qué nos reímos cuando alguien se cae?

Nada tienen que ver con la falta de empatía o la burla, pues la ciencia explica por qué nos reímos de la ‘desgracia ajena’.

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Para nadie es un  secreto que cuando una persona se cae, se lastima, o se equivoca en algo, el primer reflejo de los seres humanos es reírnos, y por muy extraño que parezca, nada tiene que ver con el sadismo o la falta de empatía, pues los expertos han revelado las verdaderas razones de este tipo de reflejos que tienen las personas y las razones te dejarán con la boca abierta así que pon atención. 

Prueba de que las caídas, torpeza y hasta la pérdida de equilibrio, son algunas de las herramientas de grandes comediantes alrededor de todo el mundo, pues tan sólo hay que recordar a Charlie Chaplin o hasta Mario Moreno ‘Cantinflas’, quienes se apoyaban de sus incidentes para sacar una risa en sus millones de fans, por lo que forma parte de la ‘comedia’. 

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Lo que sí es un hecho, es que estas risas y carcajadas que tenemos tienen una explicación científica, pues algunos científicos ahora han revelado que no tienen nada de maldad cuando una persona se ríe de otra cuando esta tiene algún tropiezo o accidente, y aquí te explicamos un poco más a que se refieren, pues al parecer va muy relacionado con la parte emocional. 

Risa con la ‘desgracia’ ajena

En términos generales, la situación inesperada nos sorprende y crea una desviación de lo previsible, de lo que esperábamos ver, pues esta situación incongruente pone de manifiesto nuestros errores de predicción: predijimos que la secuencia de X sería Y, pero luego los acontecimientos se desarrollaron de forma inesperada a través de B, osea nos equivocamos en nuestra predicción de lo que ocurriría por lo que esta deja de ser coherente.

Por esto, ante una situación sorprendente e incongruente, nuestro cerebro busca información que nos permita interpretar lo que está ocurriendo y reaccionar en consecuencia, y las expresiones faciales van de la mano con la risa y las carcajadas, pues se trata de un estímulo meramente neuronal. 

De acuerdo con los expertos, nuestros circuitos neuronales parecen tener la capacidad de reconocer y apreciar los elementos precisos de las situaciones desafortunadas y analizar el contexto para determinar que no conlleva riesgo, por lo que el primer reflejo viene siendo una risa, pues cuando la vida no se pone en riesgo, le quita gran intensidad a la situación.

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Es importante aclarar y agregar que no nos reímos del sufrimiento o la angustia del otro, sino que reaccionamos a su sorpresa, a la incongruencia de la situación y a su expresión de desconcierto, tras haber descifrado que en realidad no está afligido ni se ha hecho daño, por lo que es un reflejo y no una intención de disfrutar la ‘desgracia’ ajena.

GBR.

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