Jueves 25 de Abril 2024
MUNDO

Ganó el NO: Chile rechaza propuesta de una nueva Constitución en histórico plebiscito, ¿qué pasó?

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Chile le ha dado un rotundo no a la nueva Constitución. Este domingo, la ciudadanía rechazó el proyecto de Carta Magna que redactó la Convención Constituyente, la cual fue elegida democráticamente en 2021.

Con una participación histórica superior al 85% y contra todo pronóstico, el 'NO' se impuso con el 61,8% de los votos frente al 38,1% del pueblo que sí la aprobaba, un resultado que sorprendió debido a que en los últimos tres años, los chilenos han luchado para cambiar el rumbo de su país con una nueva Constitución escrita desde cero. 

Sin embargo, este fin de semana, los votantes fueron claros y rechazaron este documento de manera abrumadora, lo que significa un duro golpe para el recién estrenado gobierno del presidente de Chile, Gabriel Boric, uno de los mandararios más jóvenes del mundo con 36 años, y quien llegó al poder precisamente con la nueva Constitución como bandera de su campaña. 

Luego de cerrarse las mesas de votación, el presidente Boric aceptó de inmediato la derrota y convocó a todos los representantes de los partidos con representación parlamentaria a una reunión este lunes. El objetivo es discutir qué medidas tomarán para "avanzar lo más rápido posible a un nuevo proceso constituyente". Asimismo, anunció que habrá ajustes en el gobierno para enfrentar "este nuevo periodo". 

¿Por qué Chile necesita una nueva Constitución?

La idea de crear una nueva Constitución en Chile proviene como parte del estallido de las protestas en 2019, desatadas luego de que un panel de expertos del Transporte Público del gobierno del entonces presidente Sebastián Piñera decidieran subir el precio del pasaje del Metro en 30 pesos. Los disturbios dejaron un saldo de 30 muertos.

Entonces la situación escaló y la violencia se agravó en las calles mientras el pueblo exigía un alto a estos precios impuestos. Al final, el presidente Piñera cedió y revirtió el alza. Sin embargo, la molestia continuó entre la ciudadanía, quienes ahora salían para protestar contra la desigualdad, la pobreza, los bajos sueldos, los altos costos de los servicios, así como deficiencias en el sistema de pensiones y de salud del país. 

Gran parte de la población considera que estos problemas provienen de la ya obsoleta Constitución de 1980 firmada por el régimen dictatorial de Augusto Pinochet, el cual continúa dirigiendo al país y deja poco espacio para poder realizar transformaciones necesarias. 

¿Por qué los chilenos rechazaron una nueva Constitución? 

El objetivo del plebiscito de este domingo era justamente enterrar para siempre dicha Carta Magna; sin embargo, la ciudadanía no está convencida de que los cambios de la nueva Constitución sean suficientes todavía, además de que hubo muchas dudas y críticas al texto.

De acuerdo con un análisis de la BBC, uno aspecto controvertido fue la idea de que la nueva Constitución prohibía tener la propuedad de vivienda y que el aborto sería legal al noveno mes de embarazo, dos ideas que se extendieron a tal grado que los partidos oficialistas tuvieron que dejar constancia escrita de que esto no sucedería. 

También la propuesta constitucional y su inclinación a la izquierda desanimó a muchos chilenos, incluidos aquellos que habían votado por reemplazar la Constitución actual. Otros lo atribuyeron a la falta de comunicación de las labores de la Convención Constituyente e información falsa o engañosa, lo cual influyó en que la desconfianza creciera entre los ciudadanos. 

El texto incluía compromisos para luchar contra el cambio climático y proteger el derecho de los chilenos a elegir su propia identidad “en todas sus dimensiones y manifestaciones, incluyendo las características sexuales, identidades y expresiones de género, nombre y orientaciones sexoafectivas”.

¿Y ahora qué sigue? 

Por ahora, Chile deberá conservar el mismo sistema de leyes que fue impuesto durante la dictadura del general Augusto Pinochet, quien gobernó de 1973 a 1990. Mientras que la decisión de escribir una nueva Constitución o reformar la Carta Magna ya vigente dependerá de la ciudadanía. 

bnaj