Durante la pandemia de Covid-19 el uso del cloro se convirtió en una de las formas de asegurarse de desinfectar diversos objetos. Incluso hay quienes agregan unas gotas o una medida de este líquido al mismo jabón con el que lavan los trastes.
La sensación es que de esta forma se desinfectan mejor pero es una práctica errónea debido a que puede ocasionar daños en la piel. La mezcla del cloro con el jabón de trastes podría ocasionar comezón, ardor, urticaria y enrojecimiento en las manos.
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Qué pasa si agrego cloro al jabón de los trastes
A largo plazo se generan enfermedades como dermatitis y otros daños en la piel. Su uso prolongado también puede ocasionar daños en los pulmones, sobre todo en lugares con poca ventilación.
El cloro emite vapores que al calentarse se hacen tóxicos, dañando también los ojos y mucosas por lo cual comienza la irritación en estas áreas también. Además el uso prolongado del cloro, daña algunos objetos de cocina como los cubiertos, y contamina el agua.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), explica también que se pierde la eficacia del jabón cuando se combinan estos productos. La razón es que el jabón de trastes se oxida por el cloro y bloquea las propiedades de lavado y desinfección que ya tiene.
La recomendación es usar solo el jabón de trastes y si se necesita una desinfección extra, utilizar solo 30 mililitros de agua con cloro.
Debido a que el cloro está disuelto con agua, sus efectos en la piel son menos dañinos aunque otra recomendación es usar guantes durante el proceso para evitar el contacto directo.
Un remedio casero es dejar “remojando” los trastes en una tina con agua, vinagre blanco y limín durante 5 a 10 minutos.
chp