El carnaval de Rio de Janeiro enterró este viernes dos años oscuros de covid-19 con un estallido de euforia que hizo retumbar el emblemático Sambódromo.
Las coloridas carrozas y los vistosos bailarines comenzaron a ingresar el viernes por la noche al Sambódromo para desfilar ante decenas de miles de aficionados en la primera jornada de las dos con que cuenta el espectáculo.
El Sambódromo de Río ha sido la sede del desfile desde la década de 1980, y es un símbolo de las festividades del Carnaval de Brasil. Durante la pandemia fue albergue para más de 400 personas sin hogar y también se usó como estación de vacunación.
Unas 70 mil personas acompañaron vibrando las deslumbrantes carrozas y los ejércitos de danzantes que menearon sus cuerpos y cantaron en el recinto.
Princesas con plumas y alas, reyes y reinas con coronas giratorias, flores y soles, además los desfiles de las tradicionales 'escolas' de samba regresaron con todo su esplendor tras una larga espera de más de dos años.
Fueron "dos años de mucha oscuridad en el mundo, cada uno mirando para si mismo". Esta noche "tenemos la posibilidad de mostrar que somos felices incluso con todos los problemas", dijo a medios Latino Suárez, de 45 años.
"Brasil sin carnaval no es Brasil", sentenció.
Adiós al racismo y a la ultaderecha
Este año la lucha antirracista está muy presente en el carnaval. El enredo "Resistencia" de la escuela Salgueiro estuvo inspirado en las protestas antirracistas ocurridas tras la muerte del estadounidense George Floyd y el movimiento Black Lives Matter.
Las carrozas se engalanaron con referencias a las religiones afrobrasileñas y unos puños gigantes invitaron a la "Resistencia". Un obelisco con la inscripción "Racismo" fue derribado, desatando aplausos del público.
En las gradas, se desplegó alguna que otra pancarta que rezaba "Fora Bolsonaro" en alusión al presidente ultraderechista, que en octubre buscará la reelección.
Accidente
La seguridad está en la mira después de que una niña de 11 años falleciera este viernes tras ser aplastada la noche del miércoles por una carroza a la salida del Sambódromo.