Igor Vovkovinskiy, quien fuera el hombre más alto de Estados Unidos, falleció el pasado viernes en Minnesota a los 38 años de edad.
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Vovkovinskiy nació el 8 de septiembre de 1982, en Bar, Ucrania, hijo de Vovkovinska y de Oleksandr Ladan, de acuerdo con la Funeraria Ranfranz and Vine, que realiza su funeral el sábado. Su padre ya falleció.
Su hermano mayor, Oleh Ladan, dijo al diario Star Tribune que Vovkovinskiy era una celebridad cuando llegó proveniente de Ucrania debido a su tamaño y a la Guerra Fría de finales de la década de 1980. Pero Ladan agregó que Vovkovinskiy “preferiría haber tenido una vida normal que ser conocido”.
Vovkovinskiy ingresó a la Clínica Mayo en 1989 como un niño que requería tratamiento. Un tumor que ejercía presión contra su glándula pituitaria causó que ésta segregara niveles anormales de la hormona de crecimiento. Creció hasta convertirse en el hombre más alto de Estados Unidos con una estatura de 234,5 centímetros (7 pies y 8,33 pulgadas) y terminó quedándose en Rochester, según detalla AP.
El personaje se presentó en el programa televisivo “The Dr. Oz Show” y fue mencionado por el presidente Barack Obama durante un evento político en 2009, cuando el mandatario lo detectó cerca del escenario vistiendo una camiseta con la frase “el seguidor de Obama más grande del mundo”
¿De qué murió?
Su familia informó que el hombre murió de una enfermedad cardiaca en la Clínica Mayo. Su madre, Svetlana Vovkovinska, una enfermera de la unidad de cuidados intensivos en Mayo, fue quien notificó su deceso en Facebook, de acuerdo con AP.
Cuando tenía 27 años, Vovkovinskiy viajó a la ciudad de Nueva York y fue declarado la persona viviente más alta de Estados Unidos por un juez del Libro Guinness de récords mundiales. Superó a un agente de policía de Virginia por 0,84 centímetros (un tercio de pulgada).
En 2012 hizo una petición para cubrir la cantidad de 16 mil dólares para comprar zapatos especialmente fabricados para él que no le causaran dolor. En ese entonces declaró que durante años no había tenido un par de zapatos que le quedaran bien, pues su talla adecuada era 26, 10E.
Miles de personas donaron más del doble de la cantidad que él necesitaba e incluso Reebok le proporcionó calzado deportivo de manera gratuita.
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CRS