El día 1 de noviembre llega a la Galería Tonantzin, en Chicago, la obra del artista oaxaqueño Filogonio Naxín. En esta ocasión la exposición se titula “Kasasién animará: Their hearts stopped”, del mazateco de Oaxaca, o Kasasién animará: Sus corazones se detuvieron.
La obra retoma la tradición mexicana, presentando a la muerte como otro espacio y otro tiempo donde disfrutar de los placeres de la vida, en este caso lo erótico y el amor. De una manera juguetona, Filogonio integra aspectos culturales mexicanos tan tradicionales y vernáculos como la obra de José Guadalupe Posada y los libros vaqueros. Su interés es compartir la celebración mexicana del día de los muertos, pero desde su propia perspectiva.
En México el 2 de noviembre es una celebración, una fiesta de la muerte. La apreciación de este día en la cultura mexicana es de ligereza, entre la añoranza de las personas que se nos adelantaron y el gusto de compartir con ellas y quienes siguen aquí.
Las técnicas y temas que Naxín ha utilizado en su trayectoria son numerosos. Ahora trabaja con el collage, lo cual le permite reciclar materiales que se convierten de ser consideradas basura a tener un lugar en el arte contemporáneo. Nació en, Mazatlán Villa de Flores, Oaxaca en 1986.
Tuvo dificultades en la escuela, en particular en lo que al idioma se refiere, pues sus primeras clases fueron en español. El esfuerzo diario y su persistencia lo llevaron a terminar la Licenciatura en Artes Plásticas y Visuales en la Facultad de Bellas Artes, de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO).
Es un asiduo defensor de la multiculturalidad, y se ha esforzado en trabajar también en las comunidades más marginadas de Oaxaca, dando talleres a los niños y jóvenes. Según su página de internet, hasta la fecha unos de los objetivos del trabajo de Naxín es que niñas y niños en situación de vulnerabilidad tengan acceso al arte, pues considera que sólo a través del mundo del arte, se pueden salvar y mejorar muchas situaciones en este mundo.
También ahí nos comparte su experiencia en la escuela durante su infancia: “No comprendíamos ese lenguaje”, dice este artista visual que hoy promueve la lengua y la cultura mazateca. “Yo no hacía la tarea no porque no quisiera, sino porque no hubo una comunicación adecuada. Era difícil entender lo que me decían. Yo empecé a entender bien español a la edad de 10 años. Al no entenderlo dibujaba. Era mi refugio. Con el habla de la gente he ido mejorando. Me costó trabajo, incluso en la Universidad, donde no entendía muchas expresiones”.
Otras series del artista mazateco son: Más que animales, somos bestias – Nikuajinín sa chjuu, chjuu nee kamondifaa, El desgrane de la rabia – Kuíñaa Kjuañee, La revelación de los ojos – Jkín jkuáa xí faya xkuo ´án, El mundo de Naxín – Ngasundiera Naxín
La celebración así, de la muerte, a través de la vida, es un concepto que, a pesar de la cercanía entre México y Estados Unidos, solo puede tener esa ligereza desde la creatividad nacida en la cultura mexicana.
Sigue más historias en Heraldo USA.