La familia real británica está pasando por uno de los momentos más difíciles en la actualidad, pues recordemos que dos de sus miembros se encuentran muy delicados de salud tras haber sido diagnosticados con cáncer, tanto el rey Carlos III y Kate Middleton padecen de esto y la monarquía ha tenido que cambiar algunas de sus jugadas en cuanto a las tareas reales y los papeles que cada uno de ellos juega dentro, mientras se recuperan.
Es por ello que han comenzado a implementarse una serie de cambios desde que se dio a conocer la enfermedad de ambos, por ejemplo, el príncipe William no solo está apoyando en cubrir algunas labores que le corresponden a su padre, sino también está buscando hacer algunas modificaciones en una de sus residencias para mayor comodidad de la princesa de Gales y su estancia en ella.
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La propiedad que el hijo de la princesa Diana desea renovar es la mansión Anmer Hall, lo cual quiere que se convierta en una especie de "refugio" para que Middleton esté mucho más cómoda ahora que se encuentra en medio del tratamiento para combatir el cáncer y está sometiéndose a quimioterapias para poderse recuperar.
"El príncipe William desea reformar su casa de Anmer Hall para que Kate Middleton se pueda instalar durante su tratamiento" indicó Ok! Magazine.
La razón por la que decidieron mudarse a Anmer Hall
La principal razón por la que buscan mudarse a Anmer Hall es que cuenta con espacios muy más amplios y en él podrían estar conectados con la naturaleza: "Ellos están completamente enamorados de Adelaide Cottage, pero allí sólo reside su familia, no hay habitaciones para el servicio doméstico ni para nada más que living, comedor, cocina y sus dormitorios. En cambio, Anmer Hall es mucho más grande y tiene amplios jardines".
Algunos de los cambios que el príncipe de Gales quiere realizar es crear un anexo, aunque es importante destacar que aún no comienzan estos arreglos debido a que los costos son bastantes altos, pues no saben cómo podría tomárselo la comunidad británica por ser un gasto extra.
Esta es una mansión de campo que está ubicada en la finca de Sandringham, en Norfolk, lo cual habría sido un regalo de bodas para los Gales de parte de la reina Isabel II. Fue construida en 1802 en un estilo gregoriano, cuenta con 10 habitaciones, y hace unos años fue remodelada por los príncipes en la que gastaron cerca de 1.7 millones de euros y construyeron una cocina e invernadero, entre otras cosas.