El estado de salud de la reina Isabel II ha llamado la atención en los últimos meses, especialmente, a principios del año cuando se contagió de COVID-19 siendo parte de un grupo vulnerable, pero después de un tiempo reapareció ante el público por primera vez para asistir al homenaje de su difunto esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo.
El próximo 9 de abril, el príncipe Felipe cumplirá un año de fallecido, por lo que este martes se llevó a cabo un homenaje luctuoso para recordarlo por medio de una celebración religiosa realizada en la Abadía de Westminster. El esposo de la monarca británica falleció a los 99 años de edad luego de que su salud se vio severamente afectada tras contraer COVID-19.
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Fuentes cercanas a la Corona Británica señalaron a medios locales que la reina Isabel II estuvo completamente involucrada en la organización del homenaje luctuoso para su esposo; sin embargo, había dudas sobre si asistiría debido a lo delicada que estaba de salud.
La delicada salud de la reina Isabel II
Desde octubre del 2021, la reina Isabel II comenzó a presentar problemas de salud, tan así que llegó a ser hospitalizada para someterse a tratamientos médicos y estar vigilada por especialistas.
Luego, a inicios de este 2022, Su Majestad enfermó de COVID-19, lo cual resultó sumamente preocupante debido a su avanzada edad, cabe señalar que el próximo mes está por cumplir 96 años de edad, así que sus salidas y apariciones al público fueron más limitadas.
Pero, fuentes de la Familia Real también han señalado que en las últimas semanas, la reina Isabel II también ha presentado problemas con sus articulaciones, dado que su movilidad cada vez es más complicada. Debido a todo este deterioro de su salud, se había pensado que no estaba lista para poder salir en público este 29 de marzo y asistir a la ceremonia dedicada a su esposo.
Reina Isabel II reaparece por primera vez ante el público
Para la ceremonia destinada al príncipe Felipe de Edimburgo, la reina Isabel II reapareció ante el público, pues no quería perderse de este evento y rendir homenaje a su difunto esposo que la acompañó por años.
La monarca británica acudió a la misa celebrada en la Abadía de Westminster acompañada de su segundo hijo, Andrés, pero al ingresar al lugar se separó de él y caminó sola hasta su lugar correspondiente, disipando los rumores sobre su salud y el riesgo de su muerte.
mva