Kirstie Alley fue una de las actrices más famosas, su talento y belleza la llevaron a triunfar en el cine y la televisión. La carrera de la actriz se disparó en los 80 cuando trabajo en películas como Star Trek II y en Cheers, pero en poco tiempo pasó de ser una de las actrices más atractivas del momento a ganar mucho peso.
La oriunda de Wichita, Kansas, se descuidó a tal grado que llegó a pesar 125 kilogramos. Las razones para engordar de la manera en que lo hizo tienen que ver con el estrés, la menopausia y la soledad, que en su conjunto la llevaron a comer sin ningún tipo de controles.
Pese a que mantuvo la belleza de su rostro, su cuerpo empezó a cambiar y pasó de ser la actriz con la que todo mundo quería trabajar, a ser un tanto olvidada por la industria del cine y la televisión.
En 2003, la actriz de Mira quién habla, cinta que protagonizó al lado del galán de Hollywood, John Travolta; empezó a subir de peso; para ese momento ya nadie de sus colegas la llamaba o si lo hacían era para papeles menores.
Según dijo en diversas ocasiones, ella siempre comió "compulsivamente" y como "un camionero". En 2004, Alley aceptó que se encontraba en una situación "incómoda" con su cuerpo y empezó a entrenar duro para recuperar su esbelta figura.
Así, decidió trabajar junto a Jenny Craig y, después de mucho esfuerzo, consiguió eliminar 34 kilos. Sin embargo, en el años 2009, reconoció a la revista People que, al separarse de Craig, volvió a perder el control y subió 38 kilos.
En 2005, la actriz creó y actuó en Fat Actress, una comedia de improvisación donde se tomaba su gordura con humor.
Más adelante, entre 2007 y 2012, decidió dejar la actuación para adelgazar. Lo logró. Bajó 45 kilos y su figura, en 2010, era totalmente diferente a la mostrada cinco años atrás.
En 2010 incluso hizo un reality de su vida, Kirstie Alley’s Big Life, en el que mostraba su lucha día a día contra la obesidad.
Pero esa oscilación continuó, y luego de verse relativamente bien en la serie Scream Queens, durante 2016, volvió a subir drásticamente para llegar a los 125 kilos.
A lo largo de su vida, la actriz siempre contó lo difícil que fue para ella lidiar con el sobrepeso.