Tras renunciar a la corona, ¿Harry y Meghan están en la quiebra? Resulta que la pareja de duques venderá su mansión ubicada en el barrio de Montecito, en Santa Bárbara, un sitio que era perfecto para el matrimonio que atesora su privacidad y sobretodo la tranquilidad; entonces, ¿Cuál sería la razón por la que se van? Acá te contamos.
La casa de Harry y Meghan tiene nueve habitaciones con gimnasio, piscina y pista de tenis, valuada en alrededor de 12,8 millones de euro, e incluso tienen de vecinos a celebridades como Oprah Winfrey, Ariana Grande o Ellen DeGeneres no termina de encajar con la familia exroyal; es justo este último la razón por la que se irían y no por falta de dinero.
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De acuerdo con sitio como The Sun o Mirror, el matrimonio ya no está feliz en su hogar y está en búsqueda de un nuevo lugar dentro de Estados Unidos. Al parecer, una fuente muy cercana a la pareja señaló que ya comenzaron a visitar otras propiedades para poder cambiarse e incluso ya están abiertos a ofertas para vender su mansión, aunque no planean ponerla en el mercado para cualquier comprador.
Hay que enfatizar que la casa de Harry y Meghan fue, previamente, propiedad del ingeniero ruso Sergey Grishin, a quien se la compraron en junio de 2020. Tiene nueve dormitorios y dieciséis baños, biblioteca, oficina, spa con saunas, sala de cine, sala de juegos, bodega, parque infantil, jardines de flores, una casa de invitados, y un garaje de cinco plazas, entre otras comodidades.
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Hace unos días, Meghan Markle y el príncipe Harry nos sorprendieron con una postal navideña familiar en la que mostraron por primera vez a su hija menor, Lilibet Diana.
La fotografía causó sensación por ver a la pequeña y a su hermano, Archie, quien ha crecido bastante y tiene un gran parecido con Harry. Markle cargó a su pequeña tal y como lo hizo Lady Di, así lo analizó la experta en lenguaje corporal Judi James, quien analiza a los miembros de la realeza.
Ambas madres levantaron a sus respectivos hijos por encima de ellas, mientras los observan con cariño. De acuerdo con la experta, esta postura representa la estrecha relación que tienen con sus familiares.
"El lenguaje corporal entre Meghan y su bebé es casi una copia perfecta del que tuvo Diana con el suyo años antes", dijo James al Daily Express.
"Ambas se muestran como una madre cariñosa con esa posición, mientras permiten que se vea sus bebés en un jugueteo mientras sonríen con ellos".
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