El gobierno de Joe Biden amenazó este martes a tres estados republicanos con quitarles la autoridad para manejar su propia aplicación de la seguridad laboral debido a que no quieren adoptar las normativas que protegen del COVID-19 al personal sanitario.
Los estados para los que la advertencia va dirigida son Arizona, Carolina del Sur y Utah en momentos en que la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) se prepara para adoptar normas más amplias de vacunación, así como realización de pruebas diagnósticas que afectan a 80 millones de ciudadanos de Estados Unidos.
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En casi la mitad de los estados del país, la OSHA dependerá de los reguladores laborales estatales para que hagan cumplir las disposiciones.
Asimismo, funcionarios de la OSHA aseguraron que los estados ya mencionados no están cumpliendo sus compromisos para implementar normativas laborales que sean igual de efectivas que las del gobierno federal.
La normativa obliga a utilizar equipo de protección personal, mantener la sana distancia, así como adoptar otras medidas de seguridad para los empleados en las instalaciones médicas que atienden a personas con COVID-19.
Además, obliga a a pagar ausencias por enfermedad a los trabajadores que se contagien de COVID-19, necesiten vacunarse o estén lidiando con efectos secundarios de este.
“La agencia no dudará en utilizar todos nuestros recursos para proteger a los trabajadores sanitarios de los peligros de salud conocidos”, indicó Jim Frederick, subsecretario interino de trabajo para la seguridad y salud ocupacional.
La OSHA ha renunciado a su autoridad para ejercer las leyes y disposiciones sobre seguridad en los lugares de trabajo del sector privado en 22 estados, entre ellos los ya mencionados. A cambio, los estados deben adoptar normativas que sean tan efectivas o mejores que las disposiciones federales para proteger a los trabajadores.
Con información de AP
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amv